dijous, 3 de novembre del 2016

Los carlistas, las principales víctimas de la represión rojo-separatista en la Cataluña de Lluís Companys


«Las víctimas de la represión que fue responsabilidad de Companys fueron 2.441 religiosos, 1.199 carlistas, 281 miembros de la Liga Regionalista, 213 de la CEDA, 108 falangistas, 70 militantes de Renovación Española, 117 de Acción Ciudadana, 110 del Sindicato Libre, 117 de Acción Ciudadana, 18 de la Federación de Jóvenes Cristianos y 34 sin identificación política».

Si se tiene en cuenta que los de los Sindicatos Libres y muchos religiosos (y sacerdotes seculares, que aquí aparecen confundidos) eran también carlistas, resulta que los tradicionalistas constituyeron la mayoría abrumadora de las víctimas del separatismo catalán (anticatalán, en realidad).

8.000 asesinatos en la Cataluña republicana de Companys durante la Guerra Civil

Luis Companys es uno de los padres del separatismo político catalán. Su carrera política es muy dilatada, durante la época del pistolerismo en Cataluña, en la que los empresarios tuvieron que contratar a pistoleros armados para defenderse de los ataques de terroristas anarquistas ejerció como abogado defensor de los miembros de la anarcosindicalistas CNT que habían optado por lo que denominaban “acción directa”, basada en asesinar a quienes consideraban su enemigo. Eran los años 1917 a 1923.

Encontramos a un Companys con poder a partir del 31 de diciembre de 1933, cuando tras la muerte del presidente de la recien inaugurada autonomía de Cataluña, Francisco Maciá, fue nombrado su sucesor. Una de sus primeras medidas fue el nombramiento de José Dencàs como consejero de Gobernación. Le encargó la formación de los escamots. Una milicia armada, vinculada orgánicamente a la formación Estat Català, con la que pretendía imponer el separatismo cuando tuvieran la mínima oportunidad. Una oportunidad que perdieron con la proclamación del Estado Catalán el 6 de octubre de 1934 que a penas le duró unas horas pero que costó 110 muertos en las 10 horas escasas que duró.


Tras ser indultado con la llegada al poder del Frente Popular en febrero de 1936, el líder catalanista se había radicalizado todavía más. Tras el fracaso de la experiencia de los escamots, copió el modelo de milicia armada creando, en mayo de 1936 -meses antes del estallido de la Guerra Civil-, el Comité Militar Revolucionario. Estaba compuesto por 8.000 voluntarios separatistas miembros de su partido, especialmente de las Juventudes de Esquerra Republicana-Estat Català, a las que dotó de 20.000 fusiles comprados con dinero público. Tras el estallido de la Guerra, estas milicias serían el núcleo del Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña, fundadas por un decreto del presidente Companys el 26 de julio de 1936 y que sembró el terror en la retaguardia durante la guerra.

Durente este periodo, bajo su mandato y responsabilidad directa fueron asesinadas 8.129 personas en Cataluña. Sin juicio ni garantías legales. En su mayor parte eran civiles pertenecientes a partidos de derechas, miembros del clero o empresarios. Ordenó la creación de campos de concentración, como el de Omells de Na Gaia y autorizó a las diferentes formaciones del Frente Popular a constituir sus propias checas. Él mismo firmaría sentencias de muerte.


Las víctimas de la represión que fue responsabilidad de Companys fueron 2.441 religiosos,1.199 carlistas, 281 miembros de la Liga Regionalista: 281, 213 de la CEDA, 108 falangistas, 70 militantes de Renovación Española, 117 de Acción Ciudadana, 110 del Sindicato Libre, 117 de Acción Ciudadana, 18 de la Federación de Jóvenes Cristianos y 34 sin identificación política.

Juan E. Pfluger (La Gaceta, 2 de noviembre de 2016)

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